Según la OMS (Organización Mundial de la Salud)
La Salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social del individuo no sólo la ausencia de enfermedad”.
Gozar de salud es por tanto estar bien en los tres niveles:
Físico:no tener ninguna enfermedad que limite el normal funcionamiento biológico de nuestroorganismo.
Mental: ser capaces de enfrentarnos a los retos de la vida.
Social:gozar de una plena integración como persona en los colectivos que forman nuestra sociedad.
No podemos hablar de salud física, mental y social por separado; están íntimamente relacionadas.
La plena salud es la búsqueda del equilibrio ideal de sus tres componentes: físico, mental y social. Calidad de vida es la búsqueda de esta armonía. Es también la satisfacción personal que produce el luchar por mejorar nuestras condiciones de vida.
Ejercicio físico
La práctica regular de actividad física en cualquier edad produce un
bienestar y mejora tanto en el estado de ánimo como físicamente.
El ejercicio físico
es cualquier movimiento corporal repetido con el propósito de conservar
la salud o mejorarla. A menudo también es dirigido hacia el
mejoramiento de la capacidad atlética y/o la habilidad. El ejercicio
físico regular es un componente necesario en la prevención de algunas
enfermedades como problemas cardíacos, enfermedades cardiovasculares, Diabetes mellitus tipo 2, sobrepeso, dolores de espalda, entre otros.
El ejercicio físico se debe practicar con mesura y de forma
equilibrada, prestando atención a los cambios físicos internos para
aprender a comprender la relación causa-efecto entre el movimiento
físico concreto y su efecto directo con los cambios internos percibidos.
Recomendable porque puede llevar a un desgaste físico de ciertas
partes del cuerpo. Por eso, cabe insistir en el equilibrio de fuerzas,
tanto internas como externas, y a ello ayuda el autoconocimiento
mediante un crítico autoanálisis (autoexámenes de conciencia mientras se
desarrolla la actividad física).
El ejercicio físico es necesario para una salud equilibrada; además,
debe complementarse con una dieta equilibrada y una adecuada calidad de
vida. Sus beneficios pueden resumirse en los siguientes puntos:
aumenta la vitalidad, por lo que proporciona más energía y capacidad de trabajo;
auxilia en el combate del estrés, ansiedad y depresión;
incrementa autoestima y autoimagen; además sus factores son:
mejora tono muscular y resistencia a la fatiga;
facilita la relajación y disminuye la tensión;
quema calorías, ayudando a perder peso excesivo o a mantenerse en el peso ideal;
ayuda a conciliar el sueño;
fomenta la convivencia entre amigos y familiares, además de dar la oportunidad de conocer gente;
reduce la violencia en personas muy temperamentales;
favorece estilos de vida sin adicción al tabaco, al alcohol y a otras sustancias;
mejora la respuesta sexual;
atenúa la sensación de aislamiento y soledad entre ancianos;
fortalece los pulmones y con ello mejora la circulación de oxígeno en la sangre;
disminuye el colesterol y riesgo de infarto, y regulariza la tensión arterial;
es eficaz en el tratamiento de la depresión;
estimula la liberación de endorfinas, las llamadas "hormonas de la felicidad", y
permite una distracción momentánea de las preocupaciones, con lo que
se obtiene tranquilidad y mayor claridad para enfrentarlas más
adelante.
La cantidad mínima para prevenir enfermedades es de 30 minutos
diarios de actividad física moderada. Otros hábitos que deben combinarse
con la realización de ejercicios son: la buena alimentación, el
descanso adecuado, la higiene y evitar el consumo de sustancias
perjudiciales para el organismo, como el tabaco, el alcohol y otros
estimulantes.
El descanso
El descanso es necesario para que se produzcan en nuestro cuerpo las
diferentes adaptaciones que aporta la actividad física y para que se
produzca una mejora del rendimiento corporal.
Nutrición
La alimentación es otro factor que permite que disfrutemos de una
buena salud. Esto se consigue mediante una dieta equilibrada, con una
gran variedad de alimentos, equilibrio entre calorías, ingerir las
comidas diarias recomendadas. Entre otros.
Podemos mirar en la pirámide alimentaria
los alimentos para una nutrición sana y equilibrada. Sin una nutrición
saludable, se pueden contraer enfermedades como lo son: obesidad,
desnutrición, etc.; se deben consumir pocas grasas y lípidos, muchas
frutas y verduras, los productos de origen animal se deben consumir de
manera regular, los cereales se deben consumir de manera constante,
antes de cada comida se deben lavar frutas y verduras. En la nutrición,
un dato muy importante es la higiene que es necesaria para evitar
enfermedades estomacales. No debemos olvidar el ejercicio que sirve para
una buena digestión. También es muy importante no ponernos a dieta sin
instrucciones de un especialista, ya que no es seguro. Lo mejor, es
comer todos los alimentos que nos ofrece la pirámide alimentaria, lo
importante, es consumirlas en porciones adecuadas. La Dieta mediterránea está considerada como altamente saludable, ya que algunos de los compuestos bioactivos presentes en ella incluyen compuestos fenólicos, isoprenoides y alcaloides que contribuyen a efectos saludables comúnmente asociados a dicha dieta.
Higiene
La higiene es el conjunto de conocimientos y técnicas que aplican los individuos
para el control de los factores que ejercen o pueden ejercer efectos
nocivos sobre su salud. La higiene personal es el concepto básico del
aseo, de la limpieza y del cuidado del cuerpo humano.
La higiene es un elemento imprescindible para la salud, ya que mantiene
la limpieza del cuerpo, los cabellos y los dientes, cosa que previene
infecciones y enfermedades.
Salud mental
La salud mental es un concepto que se refiere al bienestar emocional y psicológico del individuo. Merriam-Webster
define salud mental como: «el estado del bienestar emocional y
psicológico en el cual un individuo pueda utilizar sus capacidades
cognitivas y emocionales, funcionar en sociedad, y resolver las demandas
ordinarias de la vida diaria».
Según la OMS,
no hay una definición oficial de salud mental. Las diferencias
culturales, evaluaciones subjetivas, y la competición de teorías
profesionales, hacen difícil definir "la salud mental". En general, la
mayor parte de expertos convienen en que la salud mental y las enfermedades mentales
no son excluyentes. En otras palabras, la ausencia de un desorden
mental reconocido, no es necesariamente un indicador de contar con salud
mental (probablemente debido al desconocimiento de la gran variedad de
estados mentales aún por definir, y la corta edad de la ciencia médica
en general tal como la conocemos hoy en día, y en especial de la ciencia
que intenta definir con más exactitud estos trastornos o complejos
salud-enfermedad que proponen tanto la psicología como la psiquiatría).
La personalidad saludable
En la antigua Grecia nada se sabía de virus y bacterias, pero ya reconocían que la personalidad y sus características, desempeñan un rol fundamental en los orígenes de la enfermedad.
Galeno, una figura gigantesca del mundo antiguo, ya observó la existencia de un vínculo muy estrecho entre la melancolía y el cáncer de mama. De este modo, en estos primeros enfoques médicos, encontramos tempranamente un criterio holístico en la consideración de la salud y la enfermedad.
Platón
remarcaba que la buena educación es la que tendía con fuerza a mejorar
la mente juntamente con el cuerpo. Reconocía, de alguna manera, que la
salud corporal conduce a la higiene
mental, pero, al mismo tiempo, que el buen estado mental predispone al
buen estado corporal. Así, establecía, específicamente, que el alma
"buena", por su propia excelencia, mejora al cuerpo en todo sentido.
En los tiempos actuales, desde el siglo XX,
especialmente, pero también desde mucho antes –e incluso en la medicina
oriental antigua–, se comienza a reconocer la necesidad de concepción
holística de la salud.
La concepción psicosomática
nos obliga a atender nuestra interioridad como causa posible de
perturbaciones del cuerpo. Esto es reconocido unánimemente por la clínica
occidental, que ve que en los consultorios un altísimo porcentaje de
consultas responde a distorsiones de la mente o de la personalidad, en
sentido amplio.
Este nuevo enfoque no es dualista a la manera cartesiana.
Concibe al hombre como una unidad, en la que con mucha frecuencia
anidan los poderes curativos, que estimulados, ayudan a resolver los
problemas somáticos. La filosofía médica no materialista de este modo va incrementándose en el mundo en que pudo predominar la medicina convencional.
Hábitos perjudiciales para la salud
Son todas aquellas actividades que presencian consecuencias nocivas y peligrosas para nuestra salud. Las más relevantes son:
El sedentarismo. Consiste en la inexistencia de actividad física,
acción que agrava las enfermedades principalmente físicas. Surge en las
sociedades modernas debido al gran número de horas dedicado al trabajo y
a la televisión. Puede provocar obesidad, colesterol en exceso, estrés,
falta de comunicación, etc.
Las posturas corporales incorrectas. Es otro factor condicionante de
nuestro bienestar. Por ejemplo, sentarse sin mantener la espalda recta
puede provocar enfermedades como escoliosis asimétrica.
Las drogas. Son uno de los elementos que perjudican de forma más
rápida y grave nuestra salud y que, además, generan dependencia, desde
el tabaco o alcohol hasta las llamadas drogas de diseño. Provocan graves
alteraciones en el organismo.
El tabaco. También es una droga, aunque se considera legal. El
tabaco disminuye la capacidad pulmonar y provoca grandes enfermedades
respiratorias. Además, aumenta doce veces el riesgo de sufrir cáncer de
pulmón, duplica el riesgo de sufrir un infarto, dificulta la curación de
las infecciones respiratorias, provoca ansiedad por la dependencia de
la nicotina y resisten menos el ejercicio físico.
Factores que influyen en la salud
Según el reporte de LaLonde, del año 1974 realizado en Canadá, se sugiere que existen cuatro determinantes generales que influyen en la salud, a los cuales se les llamó: biología humana, ambiente, forma de vida y la organización del cuidado de la salud. De esta manera, la salud es mantenida por la ciencia y la práctica de medicina, pero también por esfuerzo propio. Fitness, una dieta saludable, manejar el estrés, el dejar de fumar
y de abusar de otras sustancias nocivas, entre otras medidas, son pasos
para mejorar la salud de alguien. Por otra parte, el estilo de vida es
el conjunto de comportamientos o aptitudes que desarrollan las personas,
es decir, pueden ser saludables o nocivas para la salud y además
podemos encontrar que es la causa de las enfermedades dentro del factor
huésped.
Tener una dieta equilibrada, que incluya todos los grupos de
alimentos, y realizar actividad física moderada con regularidad (150
minutos de ejercicio a la semana) son factores clave en la mejora de
salud; además de no fumar, tener un consumo moderado de alcohol, comer
cinco piezas de frutas y verduras al día y tener un peso adecuando a la
talla de la persona. Estos cambios en los hábitos de vida combatiría
enfermedades cardiovasculares crónicas y diabetes.
Biología humana
Es el estudio de la vida del ser humano o la información genética que
cada individuo trae en sus genes, puede proteger o favorecer la
aparición de enfermedades. Dentro del factor biológico podemos destacar
las enfermedades adquiridas por el medio como el dengue o el mal de
chagas.
Ambiente
Son todos aquellos factores que provienen del exterior y sobre los cuales el ser humano "no tiene control".
Un informe, publicado el 4 de marzo de 2008 por la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), advierte que "la
contaminación del aire va a tener efectos crecientes sobre la salud a
nivel mundial"; y si no se hace nada para remediarlo –como ha venido
sucediendo hasta ahora–, advierte, en 2030 "el número de fallecimientos
prematuros relacionados con el ozono troposférico se multiplicará por
cuatro."
Ambiente doméstico
Son todos aquellos factores que provienen del exterior y sobre los
cuales el ser humano sí tiene control. Los productos químicos domésticos
alteran gravemente el ambiente doméstico y pasan a las personas a
través de los alimentos a los cuales contaminan fácilmente por estar
almacenados en los mismos habitáculos durante periodos de tiempo.
Forma de vida saludable
Para completar una forma de vida saludable es necesario seguir
ciertas pautas tanto alimentarias como de hábitos de ejercicio físico.
En primer lugar una dieta equilibrada requiere la ingesta controlada y
equilibrada consistente en una alta ingesta de verduras, frutas,
legumbres y cereales –que contienen antioxidantes y fibra– y pescado,
rico en ácidos grasos y omega 3. También son recomendables, en menor
cantidad, carnes blancas, carnes rojas, con mucho control sobre estas
últimas al contener grasas saturadas.
Por su parte, los hábitos de ejercicio físico son imprescindibles
para quemar el exceso de calorías ingeridas, y tonificar músculos y
huesos con vistas a la vejez. Su práctica reduce las probabilidades de
padecer enfermedades de corazón, enfermedades relacionadas con la
presión arterial y el colesterol.
En la parte de los hábitos tóxicos, cabe destacar el alcohol y el
tabaco como unas de las fuentes más perjudiciales para la salud en tanto
en cuanto a la gran extensión entre la población de estos hábitos.
Promoción de la salud
El proceso que permite fortalecer los conocimientos, aptitudes y
actitudes de las personas para participar responsablemente en el cuidado
de su salud y para optar por estilos de vida saludables, facilitando el
logro y conservación de un adecuado estado de salud individual,
familiar y colectivo mediante actividades de participación social,
comunicativa y educativa para la salud.
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